Los pasajeros.
Los pasajeros.
Tu presencia fugaz se anunció y no me importó. Te dejé entrar aún sabiendo que seríamos como aquel tango triste que suena amargamente antes de que la última estrofa llegue a su fin. Entraste a mi vida como quien casual llega a una estación de tren o a la parada de un micro cualquiera: simplemente llegabas para partir. Fui estación y fuiste pasajero. Viniste para continuar tu viaje, hiciste solo un pequeño descanso en tu camino, te habías detenido a recordar para dónde es que ibas, cuál era tu destino.
Mi presencia efímera no la notaste. Te acercaste a mí para jugar un poco de más, no sabías que a pesar de todo yo era más consciente de tu insensatez y del inmaduro dominio de tu propio corazón. Te anunciaste con esa alegría propia de quien anhela regresar a aquel sitio donde fue feliz. Te anunciaste fugaz, rápido, efímero. Te presentaste como se presenta todo en esta vida.
Sos ese momento en el tiempo al que no quiero regresar, porque ya aprendí; ya te sentí; ya te viví. Fui tu estación en medio del viaje, vos fuiste ese tango llorón que no volvería a escuchar ni siquiera para camuflar el silencio. Prefiero sólo recordarte.
No seré más tu parada de descanso, no me volverás a amargar con tu corta melodía. Hoy te bautizo mi parada, mi estación, el lugar en donde recordé qué soy y qué quiero. Fui yo quien se detuvo a pensar para dónde ir, cómo y para qué seguir. Apareciste para recordarme hacia donde no está mi destino; te mostraste como ese lugar al que no quiero llegar.
No somos nuestra última parada ni nuestro último viaje, tampoco seremos hacia donde vamos y es por eso que no nos encontraremos más. Fuimos efímeros, fugaces, un instante. Fuimos sólo pasajeros que se acompañaron en este veloz y corto trayecto hacia algún lugar.
-Sofía Mentesana.
Muy triste, digamos que te usó y te abandonó. Al menos usaste tu dolor para aprender cosas. Lindo texto. Muchos adjetivos, pero es lo de menos, un suponer, Alberto Laiseca tiene un cuento que se llama "La gran caída de la indecorosa vieja" donde mata a adjetivazos a la pobre vieja protagonista. Por eso es lo de menos. Después va todo muy melancólico hasta el final. Ferocidades.
ResponderBorrar