Sujetos sujetados.

Sujetos sujetados.

   Angustia. Un nudo en la garganta. Desierto. Nada concreto, nada acabado. Temor a lo que está lejos, precisamente porque está cerca. Temor a eso que por naturaleza no se hace luz ni se revela, precisamente por su imposibilidad en hacerse conocer. Así nos atamos, aferramos, no soltamos, nos sujetamos fuerte. Nos sujeta durísimo mientras que nos hace devenir en sujetos con-figurados. 
  Sujetos atados, arrastrados hacia la imagen, hacia el fantasma del "allá". Sujetos sujetados por la agonía de la incertidumbre. Duele, pesa y mata el desconocimiento, eso que nos desconcierta y aboga por el aislamiento entre vos y yo. Similar a la agonía de sabernos morir solos es tener conocimiento de que no moriremos juntos. No vendrás conmigo ni yo iré con vos. 
  Duele, pesa y mata porque se oculta. Lejos es aquel desierto que está tan cerca. No termina, no sabremos cuándo, ni cómo, ni por qué. Un respiro más, inhalar una vez más nos aleja de aquel desierto de oscuridad innombrable, mientras nos acerca a la angustia humana por excelencia: la oscuridad.
-Sofía Mentesana.
Fotografía: Duane Michals.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

CUENTO: Alma.

Negro.

Fuego y Viento.